El pasado 30 de noviembre se ha reunido, en la sede de la Fundación Biodiversidad, en una sesión maratoniana, el Comité de Gestion, el de Comunicación y el Científico, bajo la coodinación de Ignacio Torres, Director de Estudios y Proyectos de la FB y Director del Proyecto LIFE+ INDEMARES. Asistieron numerosos representantes de las instituciones y ONGs participantes en el proyecto. Cada uno de ellos tuvo la oportunidad de explicar las actividades que había desarrollado hasta la fecha en cada una de las materias en la que vienen trabajando.
El Instituto Español de Oceanografía desplazó una importante representación, en sintonía con la responsabilidad que ha contraido en este proyecto en el que se responsabiliza de seis zonas de estudio (Golfo de Cádiz, Banco de Galicia, Cañón de Avilés, Canal de Menorca, Banco de la Concepción, Fuerteventura), compuesta por el Consejero Técnico Eladio Santaella, los investigadores doctores Francisco Sánchez y Víctor Díaz-del-Río, junto con el gestor científico José Luis Vargas (en la foto adjunta) y la gestora administrativa Carmen Peñas. Los doctores Sánchez y Díaz-del-Río expusieron los avances en el conocimiento cientifico producido tras las primeras campañas oceanográficas y los estudios de laboratorio de la ingente cantidad de material cientifico recogido en dichas expediciones.
Los resultados son de gran impacto y ya hablan de la existencia de habitats mucho más complejos de lo que se habia especulado en un principio, y de especies nuevas para la Ciencia o desconocidas en las zonas de trabajo. En la zona del Golfo de Cádiz, donde investiga el Grupo GEMAR, se genera un habitat relacionado con la expulsión de fluidos cargados en metano, situado en uno de los caladeros más productivos de cigala existentes en el territorio nacional. Esta circunstancia pone de relieve la complejidad de las acciones que hay que emprender y la poliédrica interpretación que los datos científicos pueden generar. Los usos del Golfo de Cádiz, tanto en tráfico maritimo como para el tendido de cables o tuberías, así como los que ha tenido en el pasado como vertedero de residuos, evidencia la multiplicidad de usos de un área en la que los ecosistemas son todavía poco estudiados y donde la biodiversidad empieza a ser ahora mejor conocida, ilustrando su riqueza y, en ocasiones, rareza.
Se preve poder tener finalizadas las primeras evaluaciones para finales del año 2012, aunque pueden adelantarse algunos resultados que facilitarán la gestión ambiental de los espacios submarinos que son de importancia para la red Natura 2000.
El Instituto Español de Oceanografía desplazó una importante representación, en sintonía con la responsabilidad que ha contraido en este proyecto en el que se responsabiliza de seis zonas de estudio (Golfo de Cádiz, Banco de Galicia, Cañón de Avilés, Canal de Menorca, Banco de la Concepción, Fuerteventura), compuesta por el Consejero Técnico Eladio Santaella, los investigadores doctores Francisco Sánchez y Víctor Díaz-del-Río, junto con el gestor científico José Luis Vargas (en la foto adjunta) y la gestora administrativa Carmen Peñas. Los doctores Sánchez y Díaz-del-Río expusieron los avances en el conocimiento cientifico producido tras las primeras campañas oceanográficas y los estudios de laboratorio de la ingente cantidad de material cientifico recogido en dichas expediciones.
Los resultados son de gran impacto y ya hablan de la existencia de habitats mucho más complejos de lo que se habia especulado en un principio, y de especies nuevas para la Ciencia o desconocidas en las zonas de trabajo. En la zona del Golfo de Cádiz, donde investiga el Grupo GEMAR, se genera un habitat relacionado con la expulsión de fluidos cargados en metano, situado en uno de los caladeros más productivos de cigala existentes en el territorio nacional. Esta circunstancia pone de relieve la complejidad de las acciones que hay que emprender y la poliédrica interpretación que los datos científicos pueden generar. Los usos del Golfo de Cádiz, tanto en tráfico maritimo como para el tendido de cables o tuberías, así como los que ha tenido en el pasado como vertedero de residuos, evidencia la multiplicidad de usos de un área en la que los ecosistemas son todavía poco estudiados y donde la biodiversidad empieza a ser ahora mejor conocida, ilustrando su riqueza y, en ocasiones, rareza.
Se preve poder tener finalizadas las primeras evaluaciones para finales del año 2012, aunque pueden adelantarse algunos resultados que facilitarán la gestión ambiental de los espacios submarinos que son de importancia para la red Natura 2000.
Publicar un comentario