Algunos vocablos del lenguaje artillero han pasado a formar parte de la cultura popular gaditana, hasta el punto que la propia Universidad de Cádiz los ha hecho suyos. Véase, por ejemplo, el Aulario de La Bomba, instalado en un antiguo acuartelamiento de artillería. El fenómeno es de mayor alcance cuando hablamos de cañones. Las gestas vinculadas a las bombas y a los cañones, han sido glosadas con tanta ironía y acierto en las coplas de carnaval, que ya no es posible encontrar un solo gaditano que no sepa entonar aquel tanguillo que evoca los bombardeos franceses durante el asedio del siglo XIX. Pero no es menor su importancia como elementos ornamentales urbanos. Se encuentran a la vuelta de cada esquina del centro histórico. Son parte del patrimonio tangible que los arqueólogos han sabido poner en valor, logrando concienciar a la población de su importancia cultural e histórica.
Quizás no mucha gente sepa que en torno a la provincia de Cádiz existe un componente del patrimonio natural homónimo del artillero, en cierta forma intangible y por ello difícilmente visible, pero de no menor valor e importancia: los cañones submarinos. Son formas del relieve similares a las existentes en superficie, como por ejemplo el Cañón del Colorado tan retratado en las películas del oeste americano. Se presentan como angostas incisiones excavadas en los fondos marinos muy cerca de la costa. Hay que interpretarlas como auténticas arterias marinas que transportan materia y energía desde las aguas litorales hasta las áreas más profundas de los mares y océanos, facilitando así la ventilación de las aguas y la regeneración de los fondos de la cuenca, donde habitan muchas especies vulnerables. Son hábitats de inmensa importancia ecológica en los que se concentra una alta diversidad biológica, que se traduce en una elevada productividad garantizando por ello el sostenimiento de los recursos vivos marinos.
La compresión entre las placas litosféricas africana e ibérica permitió perfilar las principales direcciones estructurales sobre las que se encajaron los principales rios. |
El hecho de que Cádiz sea la única provincia española atlántica y mediterránea a la vez, le permite disponer de unos paisajes continentales y submarinos que no tienen parangón en ningún otro lugar de la Península Ibérica. La encrucijada geográfica y geológica en la que se encuentra, es el factor que favorece esta sorprendente diversidad de paisajes. En su ribera mediterránea concentra la mayor cantidad de cañones submarinos existentes en España, en el mínimo espacio. Si a ellos añadimos el Cañón de Ceuta, parte del cual se encuentra en aguas marroquíes, la concentración de cañones independientes en un área tan reducida confiere a este extremo del mar Mediterráneo un carácter excepcional entre todos los mares del mundo.
Los cañones gaditanos tienen la particularidad de ser de corto recorrido y de elevada pendiente, por ello resultan tan dinámicos, y de ahí su tremenda importancia para los ecosistemas marinos. El más espectacular entre ellos es el Cañón de Algeciras que se inicia en la misma confluencia de las desembocaduras de los ríos Guadarranque y Palmones. Atraviesa de forma serpenteante toda la Bahía de Algeciras y derrama la carga sólida que transporta en los fondos más profundos del Estrecho de Gibraltar. A levante de Punta Europa (Gibraltar) se encuentra el Cañón de La Línea de la Concepción y muy próximo a él, el Cañón de Guadiaro en el límite oriental de la provincia. En la ribera atlántica encontramos el Cañón de Bolonia, de discreto recorrido pero de gran singularidad por su encaje en los relieves abruptos del Estrecho de Gibraltar. Está jalonado por numerosos arrecifes de corales de aguas frías asentados a elevadas profundidades, que en otro tiempo tuvieron un exuberante desarrollo. Este sorprendente entramado de canalizaciones submarinas alcanza una longitud total de unos 120km, que equivale a la distancia que separa las ciudades de Cádiz y Sevilla.
La Comisión Europea y las organizaciones científicas gubernamentales que se ocupan de promover la protección y conservación de los océanos, prestan una especial atención a los cañones submarinos, dada su importancia para la supervivencia de los ecosistemas. En España se realizan estudios científicos en dos cañones submarinos, con el fin de proponer su inclusión en la Red Natura 2000 como espacios marinos protegidos: el Cañón de Avilés, situado en el mar Cantábrico, y el Cañón de Creus, situado en el mar Mediterráneo. Esta iniciativa ha contado con un fuerte respaldo de las instituciones públicas españolas y de los órganos de la Administración, que ha favorecido la concentración de esfuerzos científicos en ambos cañones y la disposición de fondos económicos bastantes como para encarar un estudio de tal envergadura.
Tengo para mí que no existe una particular sensibilización, social y política, acerca del valor patrimonial de los cañones submarinos gaditanos y, probablemente, los científicos tengamos parte de culpa al no haber sabido trasladar nuestro conocimiento sobre los cañones submarinos trasponiendo el lenguaje científico en otro más coloquial. Por esta razón, envidio el éxito que han tenido los arqueólogos al haber sabido implicar a la sociedad en la defensa de los cañones de artillería como elementos patrimoniales. Entonces me pregunto, ¿qué podemos hacer los oceanógrafos para hacer visible el patrimonio natural intangible, cuyo valor añadido reside en el hecho de que nuestra supervivencia también depende de su protección y conservación?
Me gustaría recibir información de vuestros extraordinario trabajo, saludos.
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