Veinte científicos y técnicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) y la Universidad de Málaga, se embarcarán, entre los días 10 de febrero y 7 de marzo, a bordo del buque oceanográfico Cornide de Saavedra, para continuar con su estudio de los hábitats amenazados en el Golfo de Cádiz. En esta ocasión, los científicos realizarán un análisis minucioso de los lugares en los que las emanaciones de gas metano han favorecido la aparición de especies protegidas o en riesgo de extinción.
Esta es una iniciativa que está impulsada por el Instituto Español de Oceanografía y que forma parte del Proyecto LIFE+ promovido por la Comunidad Europea. La campaña oceanográfica forma parte de las actividades científicas programadas en el Proyecto INDEMARES/CHIMENEAS DE CÁDIZ. El propósito del proyecto, coordinado por la Fundación Biodiversidad, es generar conocimiento científico de excelencia que facilite la gestión sostenible de la biodiversidad de las aguas marinas españolas, que tiene como base los criterios establecidos en la Red Natura 2000. El estudio científico evaluará la composición y el grado de conservación de los ecosistemas que habitan en las estructuras producidas por las emanaciones de gas metano (hábitat 1180).
El área que se prospectará se localiza frente a las costas de Cádiz, aguas afuera de la plataforma continental, a profundidades que oscilan entre los 350 metros y los 1100 metros. Para ello se cuenta con la detallada información geomorfológica y faunística recopilada en campañas oceanográficas anteriores, con lo que se facilita la selección de los lugares concretos del fondo marino que tendrán que ser visitados.
Los científicos utilizarán varios sistemas de muestreo del fondo marino, con el fin de conocer en detalle los grupos biológicos que habitan en los ambientes saturados de metano. Además dispondrán de un moderno sistema de fotografía submarina digital diseñado para operar a grandes profundidades. Las imágenes que obtengan les permitirán analizar algunos aspectos de la rica biodiversidad del Golfo de Cádiz, sin necesidad de alterar el equilibrio de los ecosistemas más vulnerables.
El estudio se complementa con barridos acústicos y la extracción de muestras de agua, mediante el empleo de un sistema de última generación. Con esta tecnología novedosa, los científicos podrán analizar la estructura y los movimientos de las masas de agua en las que habitan las comunidades biológicas sometidas a mayores riesgos. Todos los datos y muestras obtenidas se analizarán, posteriormente, en los laboratorios del IEO y de la Universidad de Málaga.
La expedición científica está encabezada por Luís Miguel Fernández-Salas, investigador del Centro Oceanográfico de Málaga del IEO, quien coordinará a bordo la actividad de los diversos grupos de investigación pertenecientes a varias universidades e instituciones invitadas, entre las que destaca la Universidad de Málaga.
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