10 de octubre de 2014

El Social Media Camp resuena en el Museo Interactivo de Música de Málaga

Los organizadores del Social Media Camp (SMC) no podían haber elegido un lugar mejor para celebrar dicho encuentro que el Museo Interactivo de Música de Málaga perteneciente al Ayuntamiento de Málaga. Esta circunstancia nos da pie para invocar diversas metáforas que vinculan, de manera singular, la más rabiosa actualidad tecnológica de la comunicación on line de última generación con las tradiciones musicales que se encierran en las vitrinas del impresionante museo MIMMA acomodado en el remozado Palacio del Conde de las Navas.
La sala repleta de profesionales de la comunicación y el marketing on line
El Coordinador y Director del  SMC, Amel Fernández, es un acreditado profesional de la Comunicación y un renombrado experto en el empleo de las Redes Sociales (RRSS) para muy diversas utilidades, dirigidas principalmente a su uso como vehículo para el mercadeo global (marketing en el aceptado barbarismo). Su honradez, acrisolada en el desempeño de diversos retos y compromisos profesionales, la pone de manifiesto desde el primer minuto del SMC dando el do de pecho a corazón abierto. Es sorprendente observar sus capacidades expositivas y didácticas, basadas en una pedagogía empírica que se ha ido consolidando en las celebraciones consecutivas del SMC desarrollado en diversas ciudades españolas, siempre con un éxito de convocatoria que ha impresionado a propios y extraños. Escuchar la sinceridad con la que responde a preguntas muy comprometidas, es un ejemplo de profesionalidad, pero sorprende más aún la forma en la que es capaz de enlazar con su discurso tras ser interpelado de continuo.
El investigador científico Víctor Díaz del Río Español del Instituto Español de Oceanografía, escucha la disertación de Amel Fernández centrada en el mejor uso de Facebook

Le acompaña una panoplia de cinco expertos en Comunicación y Marketing que desgranan, en cada una de las sesiones en las que intervienen, un saber acumulado que impresiona a todos cuantos les escuchamos. No terminan de narrar alguna anécdota profesional bien presentada y documentada cuando enlazan con la moraleja y el buen consejo que se puede desprender de ella. De esa manera provocan reacciones inmediatas que se resuelven en multitud de preguntas basadas en las experiencias que cada asistente ha sufrido y a las que no habían encontrado salida satisfactoria. Cada uno de los ponentes que acompañaron a Amel Fernández ha interpretado sus propias partituras con una maestría difícil de superar; cada uno de ellos ha sido igual o mejor que el otro, demostrando a su vez que el otro ha sido a su vez igual o mejor que el uno. Un quinteto de vocalistas que será difícil de igualar. De no menor importancia son las tres personas que sostienen la dinámica de la celebración, puesto que no hay detalle que se les escape ni soporte inmediato a las necesidades que los asistentes puedan tener durante el SMC.
Todo el auditorio permaneció muy atento a las lecciones de los ponentes, por resultar interesantes y eminentemente prácticas.
La sala en la que se ha desarrollado el SMC está engalanada con vistosas vitrinas que encierran muy valiosos y sugerentes instrumentos musicales. Adornan el espacio interior imprimiéndole un colorido y una majestuosidad que a todos nos sobrecoge. Uno espera que lo que allí vaya a suceder ha de estar a la altura de la majestuosidad del espacio que nos arropa; alto nivel, seriedad y rigor, intelectualidad y utilidad a todos los efectos. Y lo que uno espera, sucede realmente. Pianos, clavicordios, violines, oboes, guitarras, y todo tipo de instrumentos que nos observan estáticos desde el otro lado del cristal de las vitrinas, se quedan atónitos con toda seguridad,  pues ellos saben que no han sido utilizados por artistas de menor talla que los que se encuentran sentados en la sala del museo armados con sus modernos instrumentos táctiles que sus manos miman con esmero.

El grupo que forma el auditorio lo constituyen, aproximadamente, unas 80 personas que reflejan en sus conversaciones y preguntas una experiencia manifiesta. Formar una orquesta de 80 maestros y dirigir al conjunto para que interpreten lo que su Director les propone, es arte que solamente unos pocos llegan a alcanzar y es un hecho que en este SMC se ha conseguido. Instrumentos luminosos, que alumbran la cara de sus interpretes de abajo a arriba, para cuya interpretación requieren una partitura en forma de cobertura intangible llamada internet que les sumunistra el MIMMA, sintonizan con la atmósfera musical que se respira en la sala. Tecnología de última generación, Ipads, Androids, Iphone, Tablets, etc., con la que se puede hacer todo tipo de operaciones, basadas en el uso de las denominadas aplicaciones. Instrumentos que son el soporte de todo cuanto se discute en el SMC. No quedó pregunta sin resolver ni inquietud que no tuviera una solución atinada y profesional. Un éxito en toda regla. Un privilegio para Málaga y una satisfacción para el MIMMA que demuestra de esta manera las capacidades que el Museo tiene para interpretar otras partituras que no se están escribiendo siguiendo las más estrictas reglas del solfeo.
Hoy viernes 10 de octubre, Málaga despide con el ocaso del día, una celebración de referencia en el mundo de la Comunicación on line: el Social Media Camp
Enhorabuena a los organizadores y gracias por habernos abierto los ojos a un mundo ciertamente complejo y no suficientemente conocido, y que debería tener una mayor presencia en el Curriculo académico de las universidades que forman a las nuevas generaciones de comunicadores y mercaderes cibernéticos.

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